Cuando la deuda de un Estado ha sido generada, como ha venido sucediendo en España, para sufragar los vicios y la avaricia de los corruptos, de los especuladores, de los despilfarradones de lo ajeno, de los criminales de cuello blanco de las mafias financieras y empresariales, se califica de deuda odiosa, y es legítimo y, aun más que legítimo, ético, negarse a pagarla. Y, cuando los gobernantes de ese Estado utilizan los tributos que aporta el pueblo a la Hacienda Pública, como está sucediendo en España, para seguir sufragando esos vicios, y no para el bienestar y la igualdad social, esa presión impositiva es también una presión impositiva odiosa, con lo que la insumisión fiscal es una insumisión legítima y, aun más que legítima, ética.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
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