La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
domingo, 24 de abril de 2011
Sacrilegio
venero tus veneros con mi sed
de cicatriz impúdica
contrita de renuncia hasta los tuétanos
en mi ateísmo fiel
me extirpo el corazón me arranco el sexo
y uncidos de fetal lagrimasemen
los escupo al altar donde Quimera
deglute los motivos de la ofrenda
mas persisten la sangre el vaho inciertos
en su voraz desear desear amar
trepidando violentos y anaorgásmicos
frente a la herida abierta e inconcusa
del cielomar fundido en sí sin coito
vértigo náuseas náuseas náuseas vómito
riadas putrefactas y asfixiantes
de sudarios de arena concebidos
sin urdimbre de raso ni milagro
se abaten desbocados desde el fondo
sin luz del firmamento
sobre la devoción sin lar ni tiempo
hay una sombra obscena en la ventana
lame el cristal lo lame lo disuelve
y estalla contra el lecho con su infinito frío
un trueno paralítico sin eco
ni el auge de un relámpago
(una liturgia hostil crece en la noche
y trenza en su ebriedad de polvo el terco
y abyecto advenimiento del que invoca
desde su tumbapúlpito la pócima
de unas briznas de azogue sal y credo)
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1 comentario:
Tremendo, trepidante y vertiginoso, te lleva con la respiración contenida. Irremediable.
Beso.
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