a Isabel Guevara
otro doce de abril
porque no siempre la distancia es el olvido
como una niña-oruga abandonada
sobre un altar-mordaza sin liturgias
en su ebriedad bilingüe
herética apostata blasfema se conjura
frente a la tiranía del silencio
.
bulle en sus venas sangre de alquimista
rumor-cuarto creciente que al ocaso
se inmola hilando un nido en el sudario
que ahoga el corazón de los sinsontes
e incuba una promesa un sueño un ala
doctrina que percute a luna abierta
contra el sepulcro-elipsis de la noche
obrando en su aleteo el prodigioso
periplo que de un eco a luz da el cántico
1 comentario:
Desde este quietismo, desde esta congoja in-admisible leo, ahondo y me llevo el poema. Te agradezco su letra profunda y cálida que insiste en recordar-nos que no todo es desperdicio y que se puede tener una vida mejor, entre otras pocas cosas, gracias a la poesía. Salve amigo.
Gracias Rafa, gracias!
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