martes, 12 de abril de 2011

Ecos


a Isabel Guevara
otro doce de abril
porque no siempre la distancia es el olvido

como una niña-oruga abandonada
sobre un altar-mordaza sin liturgias

en su ebriedad bilingüe

herética apostata blasfema se conjura
frente a la tiranía del silencio

.
bulle en sus venas sangre de alquimista

rumor-cuarto creciente que al ocaso
se inmola hilando un nido en el sudario
que ahoga el corazón de los sinsontes

e incuba una promesa un sueño un ala

doctrina que percute a luna abierta
contra el sepulcro-elipsis de la noche
obrando en su aleteo el prodigioso
periplo que de un eco a luz da el cántico

1 comentario:

Touch, but don't touch my bones dijo...

Desde este quietismo, desde esta congoja in-admisible leo, ahondo y me llevo el poema. Te agradezco su letra profunda y cálida que insiste en recordar-nos que no todo es desperdicio y que se puede tener una vida mejor, entre otras pocas cosas, gracias a la poesía. Salve amigo.

Gracias Rafa, gracias!