sábado, 18 de septiembre de 2010

Aquel primer poema


a L.R.

Recuerdo con nostalgia
aquel primer poema;
aquel en que te hablaba
del brillo de una estrella,
un gnomo y renacidas
creencias en la magia.
No fueron buenos versos;
mas tú los valoraste
como si hubiesen sido
de Borges o Cortázar;
como una sinfonía
de Mozart o de Mahler,
o el Himno a la Alegría
de Ludwig van Beethoven.
Ya ves que, con el tiempo,
mis versos han ganado
en ritmo, rima y métrica,
así como en retórica;
mas ya no hablan de magia,
estrellas, fe, esperanza,
y suenan sus acordes
a endecha y elegía.
Y hoy que, cuando rasga
sus fúnebres mordazas,
tan sólo, a tus oídos,
estruendo es mi poesía;
recuerdo con nostalgia
aquel primer poema.

2 comentarios:

Alma dijo...

¿Dónde se fueron las estrellas, la fe,la magia? ¿por qué siempre terminan robándolas?

Poetas argáricos dijo...

Genial reflexión hecha poesía. Cuando sentimos la poesía no tenemos palabras para darle forma y cuando tenemos palabras para darle forma apenas la sentimos. Así es la vida, cobrándose en cada momento su porción.
Saludos