domingo, 21 de octubre de 2018

Sor Dadito de Plomo


La hermana Hipólita, muy apreciada por la congregación en pleno y muy especialmente por la madre superiora, siempre fue conocida entre las religiosas de aquel convento andaluz, por el sobrenombre de Sor Dadito de Plomo. Y es que la buena de Hipólita dedicaba tres o cuatro noches por semana a acudir a una timba cercana donde, con la ayuda de Dios -y la de un dado trucado con sobrepeso-,  obtenía recursos más que suficientes para mantener razonablemente saneadas las finanzas conventuales. Alabado sea Dios. Los caminos del señor son inescrutables.

1 comentario:

Carlos dijo...

También haría algo más. Rezar y hablar con Dios, obras de caridad, preocuparse del bien común.... Habría que escucharla. Nadie se retira del Mundo ahora para medrar y robar con impunidad.