viernes, 26 de octubre de 2018

En la picota (XX)


el hueso —renacido—
ahora es uña y carne
con la luz del relámpago
y la lluvia colmando
de agua fecunda el hueco
del tuétano
                     provisto
de una brizna de fuego
y el mapa que ha esbozado
en el aire la rosa
de los vientos proyecta
volver a la caverna
y allí encender de nuevo
la lámpara de aceite
del filántropo ciego

¿alcanzará a sortear
la densa telaraña
que en torno a su perímetro
han hilado los perros?

1 comentario:

Carlos dijo...

Relatos oníricos y misteriosos a lo Samuel Becket