Bah, están verdes —se dijo.
(Aquellos ojos verdes
en sazón, amadísimos,
negándose a mirarlo)
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Quiñen tuviera ojos verdes como los de mi madre y mi bisabuela. Parece un premio gordo que sale escasito según las leyes de Mendel
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