No es, el de la política,
un ámbito propicio
para las mariposas.
Entra una mariposa
en ese territorio
de impostura pedestre,
y las fuerzas impúdicas
del capital la empujan
hacia un sentido anómalo
de la metamorfosis
a fin de transmudarla
nuevamente en gusano
afín a la pecina
que anega las cloacas.
¡Benditas mariposas
aquellas que resisten
la atracción desmedida
de ese narcotizante
y obsceno muladar,
y siguen en el aire
a riesgo aun de acabar
en un cartón clavadas!
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Tanta belleza marchitada en dos horas de vida
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