Con la capa de mi difunto padre, nos han cortado un abrigo azul y un vestido rojo a ambos hermanos para lucirlos en las fiestas del Pilar. Esta tarde mi madre se ha quedado en la Seo, rezándole a la Virgen del Perpetuo Socorro. Fueron “nosecuántas” salves, puesta de rodillas y con los brazos en cruz. Mi hermano y yo hemos paseado por las animadas calles zaragozanas. Él trazó el plan. Seguir a los gigantes y cabezudos para ver qué hacían y dónde vivían. Al final, con las suelas de los zapatos totalmente gastadas, nos hemos quedado con las ganas de descubrir el enigma.
Poco después nevó en la ciudad. Mis amigas me llamaron a la calle. ¡Vente a jugar a algo que no haces en Sevilla¡ : Hicimos un muñeco y nos tiramos bolas de nieve, mientras reíamos alborozadas.
(¢) Carlos Parejo Delgado
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