-¿Ha vislumbrado ya vuesa merced esos enormes gigantes que, allá en lontananza, se alzan en nuestro camino y amenazan con impedirnos el paso?
-Pero qué decís, fiel escudera. No son gigantes, son molinos.
-Permita que, por la devoción que profesa vuesa merced a Nuestro Padre Jesús Nazareno así como a María Santísima de la O, yo insista y jure y perjure pese a mi ateísmo sin fisuras: son gigantes. Y sería de justicia que vuesa merced y yo misma nos enfrentásemos a ellos en buena lid hasta derrotarlos por el bien del pueblo.
-Pero, mi fiel escudera, me empezáis a parecer mosca, amén de temeraria, cojonera. ¿Es que no habéis pensado que si ladran, la cagamos? Quitaos tamaña empresa de la cabeza. Y, en cualquier caso, no contéis conmigo para que os acompañe en vuesas demencias.
-Luego, ¡admite vuesa merced que son gigantes! Pues en compañía de vuesa merced o sola, yo arremeto.
-¡Iiiih! ¡Iiiih¡ ¡Iiiiiiiiiiiiiiiiih! Pues firmo un Decreto. ¡Iiiih! ¡Iiiih¡ ¡Iiiiiiiiiiiiiiiiih! ¡Que le corten la cabeza! ¡Que le corten la cabeza!
1 comentario:
Vaya foto, sin cruzarse la mirada y tensamente ausentes una de otra. ¡Qué se besen, por favor¡
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