Te miro y veo molinos
de agua, remolinos
de agua. Pero sé
que miente, que se miente
la pupila –espejismo
y eclipse en sí, de sí-
y que al frente no hay más
que un páramo, sin sol,
de arena y sal sin límites,
donde habré de mirarte
hasta el fin de mis días,
sin alcanzar a verte,
a vivirte, a beberte.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario