jueves, 27 de marzo de 2008

Justicia y espectáculo


De entrada, y antes de entrar en materia -la materia que me ha de ocupar en este, espero que breve, texto-, mostrar mi solidaridad con el dolor de los padres, familiares y allegados de Mari Luz Cortés –ojalá yo pudiese creer en que existe una gloria para desearle que estuviese en ella-, y mi indignación para con el pedazo de hijo de puta pederasta que, sin compasión alguna, le quitó la vida con tan sólo cinco añitos. Ese pedazo de hijo de puta que, probablemente, estará rezando por pasar metido entre rejas hasta el último día de su vida, porque, de salir antes, a partir de ese momento, sus días, casi sin duda alguna, se podrán contar con los dedos de una mano.


Dicho esto, y una vez que fueron detenidos semejante animal y sus cómplices, ¿era preciso el lamentable espectáculo que se ha vivido esta tarde a las puertas de la Audiencia Provincial de Huelva? ¿Era necesario anunciar, a los cuatro vientos, itinerario, hora de llegada y demás vicisitudes del traslado de Santiago del Valle hasta los juzgados? Ha habido suerte y, al parecer, tan sólo han salido heridos dos periodistas; pero ¡la que se podía haber armado! Porque a nadie se le escapa que, de verse en el pellejo de los familiares de Mari Luz, su más ferviente deseo, contenido o no al fin, no podría ser otro que partirle la cabeza al asesino. Y, más aún, a nadie se le escapa que, con todas las circunstancias que han rodeado a tan lamentable suceso, junto con los familiares, aparecerían por la improvisada carpa circense un buen número de energúmenos ávidos por presenciar o incluso por participar en un linchamiento.


¿Y, acaso, era también necesario someter a los familiares de Mari Luz a más dolor, el dolor ante la impotencia de no poder hacer la tan ansiada justicia por su mano? ¿Era necesario el caos circulatorio que se ha producido en buena parte de la ciudad? ¿Era necesario tener que sufrir las malas maneras de algunos agentes de la policía local que, más que a guardianes de la ley y el orden, se asemejaban a los miembros de alguna familia de la mafia siciliana? ¿Era necesario exponerse a una algarada en la que podrían haber resultado heridos varios centenares de personas y un buen número de miembros de las fuerzas de seguridad del Estado? ¿Eran necesarios los destrozos en coches patrullas y en mobiliario urbano que habremos de pagar entre todos de nuestros bolsillos? ¿Eran necesarios pelotas de goma, cargas policiales, quema de contenedores e intervención de los bomberos? ¿No hubiese sido más fácil tomar declaración al detenido en otro lugar sin hacerlo público? ¿Quién gana, a parte de los medios de manipulación de masas, con tanto despropósito?, ¿los adalides del pan y circo? Algo me queda muy claro, la que no gana en ningún caso es la Justicia, al igual que nada han ganado los familiares de Mari Luz ni los ciudadanos de Huelva ¿En qué estarán pensando, ¡madre del amor hermoso!, “nuestras” autoridades (in)competentes?, ¿en qué?


Espero que Mari Luz ya descanse en paz, porque sus familiares no lo harán nunca. Y menos aún con esta mediatización aberrante de los procedimientos judiciales. La Justicia, cuando se convierte en espectáculo –como esos ajusticiamientos públicos que todavía se producen en muchos rincones de este apestoso mundo y de los que, al menos con la boca “chica”, tanto abominamos-, pierde su razón de ser para situarse en las peligrosas fronteras de la barbarie. Y en esos territorios el dolor nunca cesa.



Fotografía: Agencia EFE.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No era en absoluto necesario. Es una vergüenza como se ha tratado este asunto. La han cagado publicitando cada uno de los pasos del traslado de este... cabrón al juzgado, han puesto poquísima policía, los eriodistas campaban por donde querían. No entiendo tal desorganización en todo.

Un abrazo Rafa

Anónimo dijo...

Verás Rafa, hace ya muchos años tuvimos en Huelva un suceso semejante, el de la niña Ana María, la noche que detuvieron a su asesino, otro cabronazo al que llamaban "el bocas", yo estaba en el juzgado haciendo practicas de fiscalía y no pude salir del recinto hasta pasadas las cuatro de la mañana porque ocurrió algo parecido a lo de hoy: amago de linchamiento. Por lo que veo no hemos aprendido nada. Con lo facil que es coger a un tipo de estos y trasladarlo a prisión, se le toma allí declaración y si se tiene que quedar encerrado un viaje que te ahorras, pero no, en este pais de tonterías los señores jueces, tocados por el dedo divino, solo pasan visita en la audiencia, ocurra lo que ocurra en la calle, a ellos se la suda con tal de mantener su litúrgica autoridad. Panda de mamarrachos irrsponsables.
He dicho.

Anónimo dijo...

Precisamente, comentábamos Paco y yo este asunto hace un momento. Ha sido lamentable. Una vez más se utiliza a la masa para avivar el enaltecimiento de un sentimiento y convertirlo en fanatismo. Yo evito asistir a este tipo de espectáculos porque sé que la masa arrastra y podría, movida por el mismo impulso colectivo, convertirme en uno de esos energúmenos.
Y tú sabes por qué y para quién era necesario este tipo de espectáculo. Esta claro: para los medios de comunicación porque ésto es como el final de un culebrón y la expectación es tremenda y para las autoridades y los de justicia porque así se vanaglorian ante el pueblo de su victoria y del triunfo del bien sobre el mal. Acuérdate de los ahorcamientos públicos. Mejor no digo más no vaya a servir de precedente, solo mostrar que me indigna este tipo de manifestaciones populares donde todos somos tan solidarios que mañana se pasa y los mismos te pueden dar una puñalada por la espalda.
Kaimán, yo seguí muy de cerca el caso de Ana María y estuve en el último juicio. También fue una catástrofe y aún hoy se piensa que las cosas no se esclarecieron del todo y hubo demasiado descontrol en todo el asunto.

Un beso, grandote.

Anónimo dijo...

Pues hoy me vengo a enterar que la señora magistrada desestimó una petición para que la toma de declaración de este individuo se llevase a efecto en un juzgado distinto. En fin...

Abrazos.

Anónimo dijo...

Mira tu que cuando vi eso por la televisión...me acordé infinítamente de YEREMI en niñito canario desaparecido...

El mal ya está echo...pero pienso en los padres de este niño que hace tantísimo no saben nada de el...que dolor más grande el de sus padres diossss ( y no os parece que está como olvidado el caso............)

Un saludo.

nuria.

Anónimo dijo...

¡Cuánta razón lleváis todos! También yo recuerdo con dolor a Ana María Rino, alumna del colegio Juan Luis Vives, que hoy podría tener, como su compañero de pupitre Oscar Arnulfo, mi hijo, 26 años. Pero nos la arrebataron el día 16 de Enero de 1.991.
Cuánto de malvado, de perverso, de insensible, en los seres deleznables, aborrecibles y despreciables que son capaces de quitar la vida (claro que la ajena siempre) de estas criaturas inocentes, angelicales e indefensas.
Quedémonos, por su bondad, con el comportamiento del padre de Mari Luz, Juan José Cortés, quién nos está dando a todos, desde las más adversas circunstancias, una gran, enorme, ejemplar lección de civismo, de respeto, de templanza, de tolerancia y de serenidad.

Desde aquí, y porque tan justo es castigar el mal como premiar el bien, pido que sea declarado, en su momento, que ahora no lo es, por el Ayuntamiento de Huelva vecino ejemplar, ciudadano distinguido, hijo predilecto o aquello que por protocolo corresponda. Y ojalá que esto le ayudara a mitigar su dolor imnmenso.
Para todos, saludos.
Paco Tovar