jueves, 1 de marzo de 2018

Esto es carnaval (Pregón del Carnaval de Marbella 2018, a cargo de Agustín Casado)



Marbellíes, marbelleros,
marbellenses, marbellanos,
niños, jóvenes y ancianos,
tripartitos y peperos,
vecinos y forasteros,
amigos todos, paisanos,
señoras y caballeros,
lo primero es lo primero
y por ello de antemano
dejarles bien claro quiero
que a este humilde ser humano
marbellí y malacitano
se le está viendo el plumero
más contento que un marrano
en un charco el puñetero,
disfrutar como un enano,
es porque hacer de pregonero
de follón tan campechano
tan cachondo, tan cercano
como el lío carnavalero
no se compra con dinero
y no se presume en vano.
Un cagazo tengo empero.
Por no cometer la afrenta
que carguen luego en mi cuenta
de no haberme presentado
aquí, amigos, se presenta
ante ustedes destocado
este su Agustín Casado
cerca ya de los setenta,
que aunque sean demasiados
dice no los aparenta
porque aún tiene a la parienta
(tal es su civil estado,
y su apellido documenta)
con los nervios desatados
cada vez que alborotado
con notable ahínco intenta,
viejo verde redomado,
que alguna dama consienta
en mostrarse un poco atenta
con este fauno larvado,
sátiro despendolado.
(¿Verde dije? ¡Pura menta!
Quedan pues así avisados
y no me tomen en cuenta
si en estas carnestolendas
andando por los tejados
junto a Sabina me encuentran
buscando gatas a tientas
de gato ambos disfrazados)
Soy poeta y dibujante
y aunque no de los mejores
por no echarme ya más flores,
como poeta lo bastante
para que estos versos glosen
nuestra fiesta más galante.
Pero es como dibujante
que este menda y los autores
de esas letrillas chispeantes,
quien las toca y sus cantores
podemos decir, señores,
somos más que semejantes.
Y es que ante injusticia tanta
que este pobre mundo aguanta,
ante tontería cuanta
como tenemos delante,
tu ingenio se solivianta
y mi lápiz se levanta.
Yo canto lápiz mediante,
tú pintas con la garganta.
Más que cantar doy el cante,
que cantando soy un manta.
Si en vez de esta voz tuviera
el quejío de Camarón,
si de Cái el Pericón
en vez de Agustín yo fuera.
Si supiera tan siquiera
como saben aquí tos
con la prima y el bordón
hacer las penas ligeras,
ya habría dao con la manera
de que este mi pregón
resultara una actuación
en clave carnavalera.
Pero va a ser que no,
porque esta voz cazallera,
y así, sin compás ni son,
lo que hace es dar el tostón
y no hacer como quisiera
la cosita llevadera,
que ni cuplé vacilón,
ni tangos p’al corazón,
ni chirigotas siquiera,
o una bonita habanera
ni el popurrí resultón.
Creo que esta presentación
va a salir por peteneras.
Estos años el pregón
no ha sido cosa cualquiera:
Los De Lola, Miguel Vera,
Rebolo o El Ventolera,
Ángel Rielo el muy cabrón,
que subían esa escalera
y antes de empezar siquiera
ya tenían armao el follón,
el lío y la polvareda,
el taco y la pelotera
porque hacían una actuación,
una gala, una función,
unos bolos, lo que fuera.
Yo carezco de ese don,
no les llego ni a las suelas.
Y canto p’al paredón,
mas pongo a contribución
esta humilde cantinela,
dos piropos por si cuela,
mis ganas y el corazón;
verán qué bonitos son
y cómo al final les suena,
que además no tengo abuela.
Quiero yo a continuación
explicarles sin rodeos
la receta del caldeo
que empieza en este pregón.
Veintitrés ingredientes, creo,
que les digo del tirón:
Guasa, broma, cachondeo,
chacota, vacile, chufla,
chiste, chanza, pitorreo,
coña, sorna, befa, burla,
escarnio y recochineo,
sátira y caricatura,
mofa, cuchufleta, pulla,
risión, rechifla, choteo.
Carnaval, armando bulla
y que se mueran los feos
(…)
(y yo me cago’n la tuya)
(((Disculpen, es mi cuñao,
que es más feo aun que yo
y anda el pobre algo jodido.
Por eso cuando ha escuchao
como tos habéis oído
el que se mueran los feos
se habrá mosqueado y creo
se ha dado por aludido.
Marbelleros, yo les pido
un carnaval sin mosqueos)))
Hagamos de este escenario
lo que es un salón de plenos
y ahora mismo convoquemos
aquí pleno extraordinario
que se enteren lo que es bueno,
deslenguado y libertario
y que fe dé el secretario
que de aquí no nos movemos,
con horario y calendario,
hasta que no proclamemos
los ganadores supremos
de este concurso anuario
de agrupaciones. Votemos
el talento literario,
el cachondo vestuario,
y que aquí a teatro lleno
de uno u otro partidarios
todos juntos demostremos
que las penas lo son menos
disfrutando del muestrario
de gracia y de cante güeno
que nos traen grupos tan varios,
con respeto al adversario
y sin fistros duodenos.
Yo les digo, panfletario,
al sociata y al pepero,
a los que la autonomía
quieren para su San Pedro,
a los chicos comuneros
del amigo Miguel Díaz
y a los pobres podemeros
si aún existen de hoy al día,
a todos decirles quiero
pues eso, lo que os decía,
que estamos hasta lo güevos
(perdón por la picardía)
de pactos de sacristía,
de traidores y embusteros
de políticos arteros
siempre hablando de dinero,
que aunque sea por cuatro días
¡el Dios Momo a la alcaldía
y los Ángeles al cielo!
Medio duende, medio gnomo
y un golfo de tomo y lomo,
algo de alcalde tendría
nuestro amigo aquí el Dios Momo.
Él en la portavocía
de seguro traería
alegría al salón de plenos.
Carnaval es garantía
de reírnos de febrero.
Mejor que eso todavía:
que si lo elegís espero
firme un edicto, el primero,
en el que se dispondría
-y a ver quién le pone un pero-
que de otras concejalías
que no son más que sangría
de posibles y dinero,
aquellos-duros-antiguos
que-tanto-en-Cái-dieron-que-hablar
al de Fiestas se darían,
departamento señero
que en momento tan festero
no veas cómo le vendrían
para darle una subía
a estos premios tan austeros
mejorando su cuantía.
¡Espíritu de La Pepa
aquí en nuestra Bajadilla!
Marbella de pura cepa,
más cerca está que se sepa
de Cádiz que no Sevilla.
Advertiros debo ahora,
y disculpadme que insista,
que si veis por Marbella
dos venus encantadoras,
ni estáis malos de la vista
ni es culpa de la botella.
Una es la patinadora
que en bronce esculpió el artista,
fría, dura, verde ella.
Y la otra una señora
de portada de revista
que es del Carnaval la estrella,
nuestra venus triunfadora,
la reina y protagonista,
simpática, joven, bella,
a la que este fauno adora
enamorao y fetichista
con sus ninfas de doncella.
(Mejor pongo punto en boca,
no me acusen de machista
y me encuentre una querella)
Quiere ahora el pregonero
amparándose en su fuero
desde su pobre oratoria
pregonar a la memoria
y en homenaje sincero
a quienes nos precedieron,
a los que hicieron historia
con su entera trayectoria
en la historia de este pueblo.
La primera, obligatoria,
para los que se nos fueron:
Faíto y El Extranjero,
Triana y su vis irrisoria,
y otros más que en el tintero
olvido una dedicatoria
para nada mortuoria
que a estas horas en el cielo
la juerga ha de ser notoria.
Fue la risa su consuelo
que con ellos no iba el duelo
y ahora aquello sí es la gloria.
Si la juerga coge vuelo
el cielo revolucionan
con sus coplillas burlonas
y tirao por los suelos
hasta Dios se descojona.
De los de hoy y no de antaño,
y que tarden muchos años
en sumarse a esa jarana,
Agüita, Cecilla, El Bana,
aquel Pino, este Butano
o poetas del tamaño
de Guillén o Javi Raya,
y sin bajar un peldaño,
Bola, Josemi, El Pirata,
Germán, Alcalá y el baño
de gloria que Moya y Vera
hará ahora unos diez años
en el Falla se nos dieran
colocando su bandera
en las semis. No es extraño
que el bombazo repitieran
y guarden como oro en paño
la memoria de su gesta.
Disculpadme si ahora aludo
a vuestra insignia, ese escudo
que dibujó en un papel
modesto, blanco, desnudo
este amigo que aquí ven
y que treinta años después
tocada por el Rey Midas
vuelve en oro convertida
a colgarse en la solapa
y lucir en la pechera
de gente tan buena y guapa
como es la carnavalera.
Los artistas ya mentados,
más la Chipi Maldonado,
Antonio Sánchez, Pernía
desde su concejalía
de Fiestas aquellos días
y ahora su funcionariado
tan eficaz y enrollado
a la espera se les una
hoy don Vicente Laguna
la lucen con todo honor.
Yo les pido por favor
-y diréis qué cara dura-
que, padre de la criatura,
consideréis a lo mejor
un día la candidatura de
La Tanque y la Toñi, esos dos soles,
y ese sol de Marisol,
que eran carnaval en flor,
tres reinas de corazones,
buscadoras de otro amor.
Cantaban a viva voz,
de ellas mismas se supone,
que ni gays ni cojones,
que ellos eran maricones
y por la gracia de Dios.
Sonadas sus actuaciones,
todo el carnaval a brincos,
se ganaron el respeto
y mi afecto más completo
trabajando con ahínco.
Menos pa jugar al teto
o al ciento cincuenta y cinco;
ya sabéis, cómo la meto;
¿recordáis?, dónde la hinco.
Carnavalero valiente,
chirigotero decente,
no sé bien si eres consciente
que no son tan sólo gracias,
ni unas risas simplemente
tus títeres y acrobacias;
ese tu ingenio y tu audacia
timbre son de democracia.
Que yo he visto a aquella gente,
suspicaz aristocracia
y dictadores mayormente,
prohibir por indecente
vuestra aguda perspicacia,
vuestra cancioncilla hiriente
enterrando en burocracia
cualquier intentona hacia
una fiesta que comente
su injusticia y su falacia.
Y por eso yo querría
afirmar que el que hoy en día
se fomente y se respete
esta vuestra algarabía
desde aquel setenta y siete
enterrao ya el cabroncete,
más que na se debería
a gente como Pernía,
entonces Pepe Cohetes,
que maldita si le hacía
gracia alguna el remoquete.
Al artista del cartel,
ese grito en la pared
que yo mismo di dos veces
cuando se hacía a pincel.
Ese grito de papel
que al artista lo enaltece,
que nuestro aplauso merece
y que tres hurras por él.
Y ahora tengo aquí un problema;
que al dar forma de poema,
-perdonen si les aburro-
a este pregón por sistema
me encuentro con el dilema
que por más que lo discurro
se me rompen los esquemas
pues toca mentar a Curro,
y mire usté que faena,
sólo me rima con churro,
y con burro, y con cazurro…
y, la verdad, no es el tema.
Digamos, señor Román,
que en ningún exceso incurro
si afirmo, grito o susurro
que usté es medio carnaval.
No será el mejor del mundo
este nuestro carnaval.
Es posible que quizás
ni tan siquiera el segundo,
pero yo afirmo rotundo
no tiene en Marbella igual
¿Y sabéis en qué me fundo?
El de Venecia elegante
mas también un poco añejo.
¿Sambeiros y bandeirantes?
Yo me Río de Janeiro.
¿Notting Hill? No lo aconsejo,
ya tuvimos Gil bastante.
Carga con un elefante
la reina de los festejos
de Tenerife, qué aguante.
Nueva Orleans nos queda lejos
como lejos queda Gante.
No tengamos ni un complejo
y lo nuestro por delante.
Que sea Cádiz el espejo
y nosotros su reflejo,
que es cuestión de buen talante,
no grosero y sí picante,
de un derroche de gracejo
en esas voces vibrantes
que nos cuentan con su cante
las golfás de los golfantes,
los mangues de los mangantes
y la vida, eso tan viejo.
Y que fantasía mediante,
pasacalles y cortejos,
cabalgatas y festejos
al mundo dejen perplejo
con sus disfraces brillantes,
con sus tipos hilarantes,
usease descojonantes
Y si precisan consejo
pregunten a Antonio Sánchez,
en Carnaval un pendejo,
el más loco de los sastres.
¿O es más bien Antonio Gadchet
por sus disfraces gadchetos?
Pa’que no lo coja a uno
la cuaresma y el ayuno
que llegan en acabadas
aquestas carnavaladas
canino, flaco y hambruno,
una buena chorizada
es de lo más oportuno,
sin que tenga que ver nada
con nuestra Gran Chorizada
lo que entendieron algunos
de trincar la caja y jumo.
Y si viene algún cenizo
a deciros que el chorizo
malo es p’al colesterol
os podéis poner castizos
y decir nanay, que no.
Si acaso pa’l que los trincha,
malos pa’l que los pincha
el tío de dos en dos,
mas no pa’l colesterol,
que el colesterol se hincha.
Y si de gastronomía
festera y carnavalera
en agradable juntera
hablamos para estos días,
con la cerveza bien fría
y si no a fuerza’sangría,
decidme quién no quisiera
con nuestra peña nochera
disfrutar su cortesía
marenga y mejillonera.
Lo que se come se cría
o eso dicen, se supone…
Chorizos y mejillones.
Mejillones y chorizo…
yo seré un guarro enfermizo
pero cómo me lo pones;
pa subirte los colores
y dejar de estar pajizo.
Hazte el sábado un favor,
el desfile del humor,
que es el único desfile
que por no tener fusiles,
zetme ni kalashnikov,
uniformes ni misiles
debería haber en la Tierra.
Sin más armas que el vacile
de esta armada de civiles
con sus coplillas gamberras
puteando a los ediles,
a corchetes y alguaciles,
pasándose por la piedra
lo que en esta vida perra
intenciones traiga hostiles.
¡Haz el humor, no la guerra,
como hacen los valientes!
Yo, sin ser irreverente,
os anuncio, buena gente,
que nos ha resucitado
nuestra sardina yacente,
porque muerto y enterrado
como era procedente
el pescao tan ricamente
a las brasas espetado
de la sardina doliente
en el carnaval pasado,
el milagro se ha operado
de que vuelva de la muerte.
Nuestra fe se ha confirmado,
¡aleluya, aleluya!,
que otra vez vamos de bulla,
de entierro solemnemente
y de velorio animado,
ella de cuerpo presente,
pa darlo por terminado,
de moraga desmadrados
hasta el carnaval siguiente.
Confeti, pitos de caña,
matasuegras, serpentinas…
No se habrá visto en España
un entierro con tamaña
alegría en la compaña
que el nuestro de la sardina.
Y cuando todo haya acabao,
los chiquillos reventaos,
tú en tu casa ya quitaos
la careta y el disfraz,
calentitos y enferiaos
y creas no estar pa’na,
dale aún una alegría
a ese cuerpo por solaz,
para rematar el día,
(((mira, niño, pa otro lao)))
que no puedo yo explicarme
cómo pueden ser pecao
los pecaos de la carne
(de la carne o del pescao)
cuando te hierve la sangre
al galope por las venas,
es Marbella una verbena,
carnaval y fuera penas,
el amor perdió las bridas
y todo a tu alrededor convida
a hacer de esta carnavalera
un homenaje a la vida.
Si no s’echaron ya una siesta,
que se den un fin de fiesta
el soltero, el ennoviao,
el que vive arrejuntao,
el que espera en carnavales
 el amor enamorao,
el alegre divorciao,
el felizmente casao,
el que ama como siente
y no le importa que se note:
uno y una como siempre
o, si así le hace tilín,
pues bigote con bigote,
carmín contra carmín.
Aunque este que les habla,
pa’servirles Agustín,
y que en un abracadabra
hoy querría ser Arlequín,
no le ve el gustirrinín,
les empeña su palabra,
en besar a un puercoespín.
Dicho queda, oído barra.
Matándome está la sed
y es por eso esta afonía.
Conque de parla está bien,
tiempo es ya de bulerías
y que rompamos en fiesta,
que total son cuatro días,
que no hay tierra como esta
y la ley aquí es la juerga.
De La Concha hasta la playa,
de San Pedro hasta Las Chapas
carnavales pata negra,
gente buena, gente guapa
como no la hay en el mapa
y que hasta un entierro alegra.
Vivamos por alegrías
y dejaros de monsergas.
Y en la mejor compañía
al teatro con la fresca
que disfrutar de la fiesta
no es ninguna tontería.
Obligación yo diría
en época como esta,
tan joía, tan funesta
y en mitad de la crujía.
Comparsas y chirigotas,
la verdad siempre en la boca
para no callarse na,
en la cara el antifaz,
mas con el alma en pelotas
y el corazón sin disfraz,
guasa, broma, cachondeo,
chacota, vacile, chufla,
chiste, chanza, pitorreo,
coña, sorna, befa, burla,
escarnio, recochineo,
sátira y caricatura,
mofa, cuchufleta, pulla,
risión, rechifla, choteo.
Carnaval, armando bulla
y que empiece el bombardeo.
Pero antes de que concluya,
no me seáis gente capulla;
yo os invito ahora a gritar
y llegue el grito a las estrellas,
al espacio sideral
o toavía más p’arriba,
¡Viva Marbella!
(((¡Viva!)))
¡Viva el carnaval!
(((¡Viva!)))

…Y si en viendo tanta gracia
a un nota de otra galaxia
le diera por preguntar
que esto qué’s’lo que e
le debéis de responder,
le podéis de contestar,
pos pisha, pos qué va sé,
¡esto es… carnaval!

1 comentario:

Carlos dijo...

Estupendo pregonero, mis saludos más cordiales. Carlos