viernes, 16 de marzo de 2018

De perros, distinciones de mierda y balsas de fosfoyesos


En esta Andalucía de todos los demonios -revoloteando como moscas en redor de los hediondos excrementos del contubernio político empresarial que la exprime desde hace décadas como a un desvalido limón- hay estómagos agradecidos, chupapollas compulsivos y, luego, lo siguiente. En esta última categoría podríamos encuadrar a Jesús de la Rosa, catedrático de geoquímica de la UHU, al frente de la Unidad Asociada CSIC-Universidad de Huelva Contaminación Atmosférica del Centro de Investigación en Química Sostenible. Unidad que hace unos días fue galardonada por la Delegación del Gobierno andaluz en Huelva con una de las distinciones con motivo del Día de Andalucía y que, ahora, se saca de la manga un supuesto estudio en el que, en contra de cualquier evidencia y del trabajo científico de investigadores serios y honestos de la UHU -que, probablemente, nunca reciban galardón alguno de manos de los dueños del cortijo andaluz-, se viene a afirmar que no existen filtraciones y vertidos desde las balsas de fosfoyesos como consecuencia de la bendita lluvia que por fin ha vuelto a visitar nuestras cada día más desertizadas tierras.

Conviene recordar en este punto, que este Jesús de la Rosa es el mismo sujeto que en su día difundió, también en contra de toda evidencia y de los mismos investigadores serios de la UHU, un informe "científico" en el que se negaba que las aguas ácidas procedentes del vertido minero de La Zarza hubiesen alcanzado el corazón del Paraje Natural Marismas del Odiel; informe este que, entre otras cosas, venía de algún modo a tratar de atenuar de manera taimada y sibilina las responsabilidades del Gobierno andaluz por su absoluta desidia en el control de las balsas mineras de la provincia de Huelva. Y tras aquel favor, la concesión del galardón. Y tras la concesión del galardón, esto de ahora. Una dimensión hasta ahora apenas detectada de eso que hemos convenido en denominar puertas giratorias. Pero esta vez se les ha visto, y de qué modo, el plumero. "Investigadores" de este pelaje son una vergüenza para la ciencia. Y, lo que es peor, para la verdad. Pero esto, para ellos, debe ser lo de menos; porque siempre, a la postre, serán los que, en esta Andalucía de buitres y de súcubos, terminen recibiendo dudosos reconocimientos y galardones amañados, así como los más sustanciosos pellizcos de financiación pública y privada para perpetrar sus informes de mierda al servicio del poder y la falacia. A los otros, los serios, los honestos, poco más que migajas. O ni agua. Nunca muerdas la mano que te da de comer.

1 comentario:

Carlos dijo...

La concesión de medallas de Andalucía debería estar en manos de un comité de 13 expertos culturales, científicos y sociales -un comité de sabios, que no mários-sin filiación política, elegido por el Parlamento