sábado, 22 de abril de 2017

Retortijones


Esperpentaña ha terminado arrastrada a tal estado de descomposición de vientre por las sanguijuelas de porte porcino de la mamporrería, la mamada y la mamandurria que abarrotan sus apestosas y nocivas cloacas, que muy pocos de nuestros jóvenes emigran ya al extranjero en busca de mejores oportunidades de futuro o empujados, tal y como afirman ciertos bocazas con tanto cinismo y tanto patriotismo impostado como nauseabunda halitosis, por un indomable e irreflexivo afán por tratar de gozar de extraordinarias, muy emocionantes y novelescas aventuras a lo Mistress Branican, o por vivir nuevas y enriquecedoras experiencias y conocer mundo en plan Gerald Brenan. No; nuestros jóvenes huyen. Ah, quién tuviera ahora veinte años.

(ppocilga)

1 comentario:

Anónimo dijo...

El cartel no tiene desperdicio