los campos de concentración
y montañas de tristeza:
la lucha para vivir
guardando la esperanza
de volver a nuestra tierra,
que nunca quedó olvidada.
Mas la angustia,
la cizaña de pensamientos dispersos,
debilitaron las fuerzas
de aquella juventud sana,
que se marchó voluntaria...
al maquis, la resistencia
y a reivindicar España,
cuando habían pasado
por los campos de exterminio
cuya tragedia ¡fue amarga!
Trabajar; de todo un poco,
en el bosque, la mina, el campo.
Ha sido a fuerza de años,
con una espina en el alma
que nos fuimos integrando
a esta tierra de Occitania
que en los reculados tiempos
se entrelazó con Hispania.
¿Queréis escribir la historia,
oír contar, cazar palabras?
Mortecida la memoria
que ya poquísima queda...
es como hacer el inventario
cuando una manga de viento
parte de lo que hay, se lleva.
Sara Berenguer Laosa
1 comentario:
Ay de esa memoria histórica que la apremiante actualidad de las redes sociales está barriendo con su escoba de constante innovación tecnológica e informativa, que no de los pensamientos...
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