lunes, 3 de abril de 2017

Propuesta para democratizar y dar un nuevo impulso al arte contemporáneo


Ese arte conocido
como contemporáneo
ha empezado, según
afirman ciertos críticos,
a mostrar evidentes
signos agotamiento.
La causa, según estos
mismos críticos, se halla
en la más que flagrante
falta de calidad
y el parco o nulo esfuerzo
empleado en componer
gran parte de las obras


que hoy en día se exponen
en las más afamadas
galerías de arte.
Hay incluso quien llega
a enjuiciar buena parte
de este arte como un timo
ya que la relación
entre arte y precio va
de mil a uno y hasta
de mil a cero a veces
en favor del segundo.
No seré yo quien entre
a valorar el tema.
Prefiero contribuir en positivo.
Y, en tal sentido, opino
que, a fin de renovar
y hacer más accesible
el asunto al gran público,
no estaría de más
comenzar a exponer
arte contemporáneo
en los supermercados.
Porque en ellos, sin duda,
hay un filón. Si observan,
un sinfín de clientes
de estos modernos templos
del consumo y a un tiempo
del ocio, se ensimisman
contemplando una lata
de anchoas o un paquete
de arroz como si fuesen
un cuadro de Dalí
o la Venus de Milo.
Te acercas a comprar
al "super" cinco litros
de aceite virgen extra
y al cabo de unas horas
sales sin el aceite,
pero con unos cuantos
artículos que, amén
de no necesitar,
no tenías previsto
comprar ni por asomo.
Pero ante todo sales
con los cinco sentidos
henchidos de ese goce
que proporciona el hecho
de contemplar lo bello:
tarros de mayonesa,
latas de mejillones,
paquetes de garbanzos
y un etcétera eterno
con unas etiquetas
de cuidado diseño
sin nada que envidiar
a la mejor performance
de las últimas décadas.
Arte sin paliativos
que te llevas a casa
por un módico precio
—que resulta irrisorio
siempre en comparación
con las obras expuestas
en galerías de arte—
y que, cuando te cansas
de su contemplación,
puedes usar a fin
de preparar un sano
y rico picoteo.

2 comentarios:

mailconraul dijo...

Lo más importante en ese mundo es la tasación postmortem.

Anónimo dijo...

El diseño industrial que llega a los supermercados es también arte contemporáneo