domingo, 16 de abril de 2017

Dancer in the dark


Entre todas las manipulaciones a las que nos hallamos sometidos en la era de la posverdad, una de las más sofisticadas y enajenantes es la que ha terminado distorsionando de manera grave nuestra capacidad para la percepción y evaluación del riesgo. Así, amén de acojonados, nos tienen entretenidos con el riesgo que supone el terrorismo islamista (otro indeseable y genuino producto más made in USA), mientras la mayor de las amenazas reside en cuatro psicópatas de mierda que se pueden estar preparando para iniciar la más espantosa y destructiva de todas las guerras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Donde no hay psicopatas no hay gente tóxica y reina la paz