viernes, 15 de enero de 2010

Prosopopeya


Hay veces que el muñón vuelve a dolerse
Igual que cuando fue recién castrado.
Comprende el hueco entonces que el dolor
Jamás hubo llegado a mitigarse,
Que sólo terminó por ser costumbre
Sin que una vez, al duelo de su pérdida,
Viniese una caricia a hacer contraste.

2 comentarios:

rosa_desastre dijo...

Las heridas del desamor almacenan olvidos...por eso se nos pudre la razon, a algunos.
Un beso

MeRieM dijo...

Nos acostumbramos al dolor, lo sentimos como algo tan diario, tan cotidiano que al final ya ni lo notamos...
Más besos.