Resulto vencedor de un reality show en el que se competía por sobrevivir y en el que, al cabo, no hubo nadie que no terminase sobreviviendo. Y es que, como es bien sabido, nunca dejó la realidad de tener la puñetera facultad de superar ficción y ensueño. Y, todo ello, aunque nuestra atrofia creciente de sensibilidad y sentidos no nos permita en la mayoría de las ocasiones discenir los límites.
Ilustración: Supervivientes de la tragedia aérea de los Andes (1972).
4 comentarios:
Asi es...tiene ironía o no se como llamarlo..porque en el caso de que peligrase la vida sería inmediatamente salvado..pero no demos ideas no vaya a ser.....
besos
Nuestra artrofia no nos permite discernir los límites prácticamente de nada. Nos hemos convertido en absolutos depredadores, por eso sobrevivir es algo que todos hemos acabado haciendo, en vez de vivir.
Tengo poco tiempo, pero te leo, aunque prácticamente ni escriba. Me encantó lo de Dámaso. Gracias por seguir ahí.
Besos
Nuestra artrofia no nos permite discernir los límites prácticamente de nada. Nos hemos convertido en absolutos depredadores, por eso sobrevivir es algo que todos hemos acabado haciendo, en vez de vivir.
Tengo poco tiempo, pero te leo, aunque prácticamente ni escriba. Me encantó lo de Dámaso. Gracias por seguir ahí.
Besos
Esperemos que nuestra esperpéntica televisión no llegue a tanto. Esperemos.
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