viernes, 12 de diciembre de 2008

Cuento de horror


Cabizbajo y susurrando sin parar, caminaba de un lado para otro entre la bulliciosa muchedumbre que a esa hora temprana atestaba los andenes. Caminaba nervioso, sin rumbo, sin hacer camino, imperceptible a los ojos sin mirada de la masa confundida entre la niebla. De vez en cuando se detenía por un breve lapso y, atónito, alzaba la vista tratando de situarse en el espacio y el tiempo. Pero estaba desubicado. Al otro lado de la línea telefónica… nada.

4 comentarios:

María Narro dijo...

eso me pasa a mí cuando voy al mercadillo y hay mucha gente ;)
por favor, sonríe.

un beso.

María Narro dijo...

eso me pasa a mí cuando voy al mercadillo y hay mucha gente ;)
por favor, sonríe.

un beso.

Capochoblog dijo...

Definitivamente, lo digo y redigo, podrás escribir todos los poemas del mundo, unos me gustarán más que otros, pero cuando escribes cuentos cortos... pufff.. es magia para mi.

Besos.

Nerdote dijo...

no entendi pero la imagen de THE MIST brega.