miércoles, 28 de febrero de 2007

Parto grotesco

Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta
Alejandra Pizarnik

He parido amargamente mis poemas
desde el vientre de un glaciar de ausencia:
arroyos de sal y cauces secos germinando
baldíos de cizaña, polvo yermo.
Y el silencio,
tan gélido,
desangrando coágulos:
pedacitos de un alma amordazada
que no puede más, mas
¡quiere tanto!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizá si "despertara a su lado", esas palabras mutiladas, comenzaran a desplegar una nueva vida, o... puede que no, puede que el sollozo emocionado las mantuviera aún concentradas, en ensimismada tribu, sin atreverse a ensayar sonido alguno...o, puede que balbucearan una frase de reconocimiento mutuo, de miradas que se encuentran, o..... no lo sabemos.....cosas del "libre albedrío", nada hay establecido a priori, afortunadamente

Anónimo dijo...

¡Qué complejos somos! joder. Con lo fácil que nos resulta hablar ... normalmente, no con la persona amada, con esa ... con esa ... a veces nos salen las asperezas, nos sale ... buenos que eso es con los años, solo con los años.
PAQUITA

Anónimo dijo...

¿Quién puede saber lo que sucedería? Igual estallaba la magia contenida en mil pedazos o se hicieran innecesarias las palabras para siempre. Bueno sería poder comprobarlo, pero, a veces, el "libre albedrío" también puede ser cadena.

Y pienso, Paquita, que aun llenos de complejos, no somos tan complejos como puede parecer. Aunque, como en El Principito, hay ocasiones en que el acercamiento, aunque no necesariamente difícil, ha de ser lento, limando esas asperezas que dices, ganando poco a poco la confianza necesaria para preparar el pleno encuentro. La única pega es que también somos esclavos del tiempo.

Tiempo al tiempo, princesa de cera con cuerpo de ola, que volar es para pájaros y el peso del mundo puede acabar siendo tristezas de amor sin el testimonio de una pequeña muerte y el agua en sus cabellos de claros sentimientos.

Esto último es, en realidad, un enigma. Es fácil, sólo hay que dejarse inundar por la melodía intimista de la que emana hasta adivinar un nombre.

Abrazos