miércoles, 28 de febrero de 2007

odisea

siempre al llegar la noche
esquirlas de un llanto infecto
agudo yermo y reseco
me brotan como cizaña
obscena salvaje y hosca
colmándome de carencias
que a arcadas se me desbordan
por la boca por los ojos por las manos por el alma
por cada uno de los gritos y los poros
de mi piel

yerto el firmamento al alba
como Penélope atípica
con olas de un mar estéril
deshilacho mi mortaja
(ausencia eterna del héroe
naufragio enjuto en las aguas
de Caronte)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

buenas noches...

siempre al llegar la noche, ¿eh?
a ver si hoy el mar pare y te improvisa un camastro donde encontrar un descanso, querido Ulises, en alguna Itaca

¡qué duermas bien!

Anónimo dijo...

Buenas noches, mágica Circe.

Anónimo dijo...

lA PRIMERA PARRAFADA ... bien, guapa, sí, en serio, ahora ... cuando empezamos con el firmamento yerto ... me pierdo. Ya sabes que yo soy como una flecha, voy directa, sin desviarme un ápice, osea que no tengo magia, eso es lo que es.
Un abrazo y buen día PAQUITA

Anónimo dijo...

Y la segunda, Paquita, ¿No te resulta extraordinaria ? El poeta, consigue darle expresión lingüística a ese estado que le sobreviene en esa hora del día, añadiéndole a la ya palabra extensa de firmamento la de yerto, lo que le hace aún más inmenso y...hasta Penélope incumple las leyes de la historia porque no teje desde la esperanza, sino desde el mismo estado de ansia, de anhelo, de angustia.

Bueno, me parece a mí... ya que estamos aquí, nos contamos nuestros pareceres y sentires, ¿no?

Un abrazo, madrileña y a tí, Rafa, un beso desde Eeo

Anónimo dijo...

Acabo de descubir este nuevo rincón de Rafa. Pasa a mi lista de favoritos. Me encanta su hacer poético y él lo sabe.
Enhorabuena.
Octavio.

Anónimo dijo...

He de reconocer que a veces me hacéis descubrir en mis textos, aspectos sobre los que -aunque es muy porbable que estuviesen ahí, en mi sentir- no había llegado a reflexionar desde el territorio de lo reflexivo -valga la redundancia-. Gracias por compartir y enriquecer mis sentimientos.

Octavio, bienvenido a la nueva morada de mis palabras. Y ya sabes que -no diré mucho que sé que te sonrojas- algunas cosas de lo poco que sé, lo he aprendido leyendo tus poemas.

Abrazos para todos.

Besos, Circe, de isla a isla.