sábado, 12 de octubre de 2019

¡Vivan los coños insumisos!


Y enhorabuena por la absolución. Pero ahora, para hacer verdadera justicia, justicia completa para todos los implicados, lo suyo sería procesar al juez que admitió a trámite la esperpéntica denuncia, a los mamarrachos de los denunciantes —cuya asociación debería ser ilegalizada por utilizar de manera continuada las instancias judiciales con fines espurios de carácter nacionalcatolicista— y a todos y cada uno los mastuerzos que hayan tenido algo que ver con todo lo que ha llevado a la dilatación de este proceso hasta los 5 años. ¡5 años!  "Tengas pleito y lo ganes", reza una antigua maldición. Porque pese a la absolución, la Asociación fascista de endemoniados cristianos ha sido la que realmente ha ganado en todo este asunto. 5 años infundiendo miedo mediante el uso espurio de un poder judicial adulterado y entregado a los malditos inquisidores que están devolviendo al pasado -no, no digo a la dictadura, digo a las cavernas- a este país de todos los demonios. Por no hablar de los que tipificaron en nuestro código penal como delito la ofensa contra los sentimientos religiosos, y los que, pudiendo haber derogado semejante despropósito, no han movido ni uno solo de sus sucios dedos para hacerlo ¡Que no estamos en la Edad Media, señores!

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