viernes, 10 de noviembre de 2017

Cuando vinieron a por mí


"Entre una chusma de caciques de cuello extrafino
él juega con los favores de estas cuasipersonas."

Ósip Mandelshtám

No sé si en este país de todos los demonios, que considera que Leopoldo López lo fue y lo sigue siendo en Venezuela, sería correcto decir que hoy día hay presos políticos o de conciencia o sólo por el hecho de haber osado expresar determinadas ideas. Como no sé si sería correcto afirmar que el rapero Valtónyc, condenado a tres años de cárcel por componer y cantar una canción de muy mal gusto sobre el Rey Juan Carlos, lo ha sido más que otra cosa por sus ideas. Pero me atrevo a afirmar con rotundidad, porque esto ya forma parte de la historia, que el gran poeta ruso Ósip Mandelshtám fue deportado a la inmensa cárcel sin rejas de Siberia, donde terminó muriendo, por haber escrito un "brutal" poema de carácter político contra Stalin y su régimen. Tampoco sé si, el de los titiriteros de marras, finalmente absueltos, fue un proceso político. Y en esta desorientación que me envenena la sangre, no me quiero olvidar de la tuitera Cassandra, condenada a un año de prisión y a siete de inhabilitación absoluta por unos tuits acerca del que fuera presidente de uno de los gobiernos totalitarios del golpista, dictador y genocida Franco. Sí sé que en este país de todos los demonios hay políticos impunes o, si se prefiere, impunes políticos: Jordi Pujol, Rodrigo Rato, Urdangarín y todo un creciente rosario de corruptos afines a los que ejercen hoy mando en plaza, indultados por todo el morro al poco tiempo de pisar el trullo por sus desmanes. Sé también, aunque tampoco falten hoy día quienes lo nieguen, que en este país de todos los demonios hubo, sin duda alguna, no hace mucho, presos políticos: Marcos Ana, Marcelino Camacho, Paco Frutos, Ricardo Limia, el Comandante Ríos y todo un ignominioso sinfín de puntos suspensivos. Todos ellos encarcelados por sus ideas políticas, contrapuestas por aquel entonces a la legalidad vigente; una legalidad, eso sí, que daba de manera permanente y más que evidente la espalda a la justicia. Pero no me atrevería a afirmar de forma rotunda que los miembros del Govern y el Parlament de Catalunya actualmente encarcelados sean presos políticos. No obstante, considero, sin lugar a duda alguna, que Junqueras, Forcadell y demás políticos independentistas actualmente a la sombra, lo están por hacer política. Actuaciones políticas ejercidas, quién podría negarlo, en contra de la legalidad vigente. Como las que ejercieron en su día Frutos o Camacho. Pero, repito, no me atrevería afirmar que los independentistas catalanes hoy en presidio sean presos políticos. Pero me duele, y mucho, que la izquierda española venga a sacar pecho en este momento por aquellos presos políticos de entonces, opinando, como opino, que lo hace casi con la casi única intención de no terminar de caerse del todo del carro de estiércol de lo políticamente correcto en torno a un constitucionalismo y una Constitución que tanto ha criticado, critica y seguirá criticando; por un puñado de votos. Porque, tal vez, el próximo 14 de abril, cuando esta misma izquierda, mi izquierda, se encuentre celebrando la memoria de aquellos heroicos republicanos, de aquellos presos y ajusticiados políticos y, contra el constitucionalismo vigente, ose reclamar, más como pose que como otra cosa, el advenimiento de la Tercera, terminen sus más destacados miembros siendo detenidos, juzgados y encarcelados por ir contra el imperio de una ley que, hoy también, aunque con maneras mucho más sutiles, sigue dando en este país de todos los demonios, como en el resto del mundo, la espalda a la justicia. "Cuando vinieron a por mí..."

No hay comentarios: