Los venecianos, apenas unos sesenta mil, son gente cerrada y chismosa, con una tendencia natural al cotilleo, la curiosidad y el recelo, como esas ciudades campesinas del interior…y se reconocen unos a otros por hablar un peculiar dialecto… Otros de sus rasgos originales son que muchos ni saben conducir, ya que viven sin el clarín de los cláxones, al ser una ciudad sin coches. Están habituados a ir andando por los vericuetos más directos entre dos lugares; mientras contemplan la laguna, los canales y los palazzos; y se distraen descubriendo cada día un nuevo detalle artístico en aquél edificio, plaza o campo; Viven en edificios estrechos de cuatro o cinco plantas, en los que hay que subir cincuenta o cien peldaños de estrechas escaleras para llegar a los apartamentos en que se han dividido casas antiguas … Los venecianos, además, ejercen muchas profesiones relacionadas con la belleza…. No sólo las artes musicales, desde tiempos remotos están los artesanos del vidrio de la isla de Murano, pero también hay multitud de anticuarios, pintores, escultores, copistas. De sus numerosos talleres salen desde obras de la clásica etapa grecorromana a las del renacimiento, pasando por el barroco o la vanguardia artística… Y es que Venecia está plagada de patrimonio artístico, no sólo por sus palazzos, también por sus iglesias museos cuajadas de obras de arte, pero también por multitud de leyendas, misterios e historias personales… Sus familias aristocráticas, sólo un puñadito de sus habitantes no tienen abuelos como el resto de la gente, sino ilustres antepasados cuya historia se remonta hasta las cruzadas medievales…
(¢) Carlos Parejo Delgado
No hay comentarios:
Publicar un comentario