Ataviada con su burkini, quién sabe si por gusto u obligada, paseaba por la plage de L'Espiguette, cuando, en celosa y abnegada defensa de sus libertades, fue multada por un gendarme.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Es que detrás de ese burkini se aprecia todo, y todavía le falta el complemento del velo. Si no están obligadas están subordinadas... Una multa libertaria y un gendarme celoso del bikini, el topless y el tanga.
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