Le sacamos la venda
—que vea lo que le espera, la muy zorra―
con una ley orgánica
que defeca y se mea
en la Constitución
y el Pueblo. Acto seguido,
con un decreto ley,
le arrancamos la túnica
a bocados y luego
—que sirva como ejemplo la ignominia:
que sepan todos quién cojones manda―
le metemos en público
la espada por el culo,
en tanto que, indecentes,
usamos los platillos
de la balanza a modo
de bacín y brindamos
jubilosos por ello.
Después la desmembramos
y arrojamos los trozos
de su cuerpo sin vida
en cualquier vertedero
hediondo para euforia
de ratas y gaviotas.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
¡Disfunción eréctil!
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