Al parecer ya están en libertad sin cargos. Pero eso, para el caso y al cabo, da lo mismo. Porque si a tres tíos que de manera altruista dedican sus esfuerzos y su tiempo a tratar de salvar de morir ahogados a unos pobres desgraciados que arriesgan su vida en la mar huyendo del hambre, la miseria y la guerra, los meten por ello entre rejas, lo mejor que ya puede y debería suceder es una hecatombe nuclear rápida y global que libre a este demente e inhumano mundo de tanta podredumbre. Pero, !por favor!, panda de cabronazos sin escrúpulos, permitidme darme un último gustazo, dejando que sea yo el que pulse el puñetero botoncito rojo.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
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