Como estoy convencido
de que nunca en la vida
a un poeta —no importa
si mayor o menor-
le dará por parir
un poema orientado
a ensalzar, ya sean muchas
o escasas, las virtudes
de mi humilde persona,
yo mismo, como reza
el dicho que hizo Juan
Palomo, me lo guiso
y buen provecho a todos.
No hay mucho que decir.
Soy un tipo corriente,
aprendiz de poeta,
que escribe sus versitos
con la intención, sea dicho
de paso que sin éxito,
de ahuyentar sus fantasmas,
y que nunca tendrá
un lugar reservado
en el Monte Parnaso.
Y si hubiere algo más,
tampoco es el asunto
de estas letras cansarles
con mis fútiles cosas.
Así que ya esta hecho
este poema a mí,
y, sin más, sean, si pueden,
felices, y hasta siempre.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Pues no te ha quedado mal del todo,la verdad.Creo que lo intentaré conmigo pues como bien dices,si uno no se canta a sí mismo nadie lo va a hacer.Es lo que tiene no ser famoso..
Saludos
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