Suele suceder que en tanto los padres de la patria comen a dos carrillos, sus hijos pasan hambre. Casi mejor, por tanto, ser hijos de una patria huérfana. O huérfanos de patria.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
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