Mi favorito siempre fue el celeste. Después el amarillo. Aunque tardé en averiguarlo. Me cegaban el rojo y el violeta. Cuando lo comprendí ya era muy tarde. Las sombras, en jauría, habían dado caza al sol naciente, sepultando en las aguas sin conciencia de lo perecedero, la luz de la alborada. Las tinieblas borraron caminos y horizontes, y el frío se instaló en el corazón frutal de la esperanza. Su pródiga arboleda se transmudó en un páramo infecundo y no volvió a nacer jamás un sueño. Y así me fui muriendo, a la par que las lagrimas lavaban los pingajos sin vida de celeste, que había atesorado en la memoria.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
2 comentarios:
Podría ser la introducción a mi querida novela cumbres borrascosas, muy sugerente
Hay otro color que repita vocal?
A mi tb me gusta el azul cielo...todos los colores están en él
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