"Se lamentan los hombres de que el hombre
tan sólo alcance a usar el diez por ciento
del vasto potencial de su cerebro."
(de "Instinto")
Cuando escribí el poema "Instinto", tuve al principio muchas dudas en cuanto al planteamiento inicial. Y no porque tal planteamiento fuese, pese a estar tan extendido como aberrantemente admitido, sin lugar a dudas falsario. No; temía que, de llegar a leerlo algún tocapelotas de esos que miran indefectiblemente el dedo porque, embaucados y con la baba caída, no hay ocasión en la que dejen de renegar de la Luna —cosa que, en cualquier caso, se me antojaba bastante improbable; ya casi nadie lee poesía, y menos si se trata de la de un absoluto desconocido, como es el caso— , acabaría dándome la tabarra sobre mi, en su acreditada opinión, ignorancia en torno al asunto. "¡Qué demonios! —me dije—, si existe algún ámbito en el cual resulta razonable que el fin sirva de justificación a los medios, es en el de la poesía; de ahí las figuras retóricas". Y me puse a la tarea. Hoy, apenas unos días después, comienzo a tener dudas de que el citado planteamiento no sea de lo más correcto. Incluso he llegado a pensar que esa cifra del 10 por ciento es generosa en demasía. Y es que ya ha aparecido el primer tocapelotas. Tocapelotas y descerebrado. "¡Cómo osas afirmar que el hombre sólo usa el 10 por ciento de su cerebro, cuando Dios lo hizo a su imagen y semejanza, y, en consecuencia, no puede ser otra cosa que un ser perfecto!" —me ha dicho, visiblemente molesto. He recordado aquello de "a palabras necias..." y, en lugar de entrar al trapo, le he dado inmediatamente esquinazo, evitando así tener que ponerme a su nivel, a su imagen y semejanza..
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