
tras un golpe que vierte de sus venas
la más postrer gota de sangre y fe
renuncia a ser ariete exhausto y ve
entonces caer los muros las almenas
atónito en el ruido . de sirenas
un canto que lo exhorta inventa . ¡vé!
y se alza su cadáver roto en pie
de nuevo en su delirio a duras penas
y cae y se levanta y cae se arrastra
ajeno al falso sueño que lo lastra
e impide que conquiste su destino
y al cabo cuando al alba se despierta
no es más que un terco espectro el alma yerta
deshecho su esqueleto en el camino
2 comentarios:
Maravillosamente triste.Abrazo
Deshacernos del cuerpo nos podría liberar de muchos deseos y decepciones, pero al fin, ¿qué haríamos sin ellos?
Abrazos
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