domingo, 23 de octubre de 2011

As sin corazón


Cada vez que escucho a un político decir que apostará por algo, recuerdo que mi padre me decía a menudo, que una apuesta era una suerte de embeleco mediante el cual unos cuantos y muy selectos individuos incapaces de contraer compromiso ético alguno, sacaban tajada a costa de las pérdidas de muchos. Lo recuerdo, y me echo a temblar.

las palabras apuesta y compromiso
se dieron mutua cita en un casino
para con sus parejas respectivas
-traición y honestidad-
jugar un rato al mus

te puedo prometer y te prometo
-sin más le dijo apuesta a compromiso-
que llevo juego y pares
y envido hasta las heces porque yo
habré de repartir bien las ganancias
que vengo a cosechar con este juego

no obstante
compromiso
no se tragó el farol y fue hasta el órdago
sabiéndose garante verdadera
de frutos libertades y justicia

pero ocultaba apuesta
un as
bajo la manga

un as... co de político
corrupto mamporrero del mercado
y así se repitió la misma historia
impúdica de siempre

¡hagan juego inocentes!
la banca siempre gana el pueblo pierde

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escritor frondoso, al que le cabe en un poema el recuerdo paterno, la pasión de los juegos de azar y la crítica financiera