jueves, 20 de octubre de 2011

In corpore sano


CUATRO tardes en semana subía a su Bugatti Veyron de 16 cilindros en W y 1.000 caballos de potencia, y empleaba aproximadamente 1 minuto y 50 segundos en recorrer los 5.200 metros que separaban su chalé en las afueras de un gimnasio del arrabal. Una vez allí, tardaba entre 55 minutos y una hora en “recorrer” 10 kilómetros sobre la cinta, para, tras haberse duchado, y ahora ya algo más relajado, subir de nuevo a su Bugatti para regresar a casa en poco más de dos minutos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues podía haber ido andando desde el chalet al gimnasio, tomarse una copa y regresar andando. Total, más barato si descontamos la gasolina de la moto