lunes, 31 de octubre de 2011

Relatos verosímiles (14) (Carlos Parejo)


Entre octubre y noviembre padecía desdoblamiento de personalidad durante dos días.

La noche del día 31 acompañaba a su prole a visitar “por sorpresa” a las familias de sus amigos. Pretendían estar alegres y divertidos como si fuera la fiesta de “fin de año”. Reírse a más no poder soltando sus arañas, garrapatas y serpientes escondidas; con las acometidas de sus tridentes de diablo y sus dientes postizos de vampiro; o con disfraces donde, si se daban la vuelta, aparecía una calavera, un fantasma o un ahorcado.

Dormía apenas seis horas. Recogía a sus padres y sus cuatro tías dinosaurios para ir al Cementerio. ¡Qué triste era aquello¡ Había tantas caras rígidas y serias por un difunto cercano; y también otras, más melancólicas y resignadas, por los que se fueron hacía más tiempo. Eso sí, le encantaba la belleza de esa asamblea, como de Naciones Unidas, de flores de todas los colores, especies y razas.

Al mediodía se iba a almorzar en la finca de campo de su mujer. Celebraban una barbacoa alrededor de una palmera centenaria, bajo cuyas raíces se esparcieron las cenizas de los familiares desaparecidos. ¡De nuevo, melancolía¡ Creía observar que todos lanzaban una mirada reverencial al árbol que presidía el ágape, como si contuviera la secreta esperanza de una reencarnación en otra forma de naturaleza.


© Carlos Parejo Delgado

No hay comentarios: