lunes, 1 de agosto de 2016

Mis heroínas favoritas. Años Treinta. Celia y sus amigos (Carlos Parejo)


Las niñas tenemos que ser formalitas, limpias, generosas, y trabajadoras. Debemos lavarnos las manos antes de cada comida. Guardar la compostura con nuestras expresiones. Y es que del “mentira podrida, tonta” no debemos pasar al maldecir y el chorreo de palabrotas que escuchamos a los hombres. Las huchas de barro que engordamos con los regalos de los parientes, deben enflaquecer dando limosna a los pobres y necesitados. Debemos aplicarnos en la lección y los deberes que nos mandan los maestros. Ayudar a poner la mesa, en la cocina, en la limpieza, y en todo lo de la casa.

No está nada bien que una señorita no tenga trajes con lazos y cintas de colores para el pelo. Debe saber elegir el que más conviene para estar en casa, ir al teatro, o estar en la playa y hacer sport. Jugar al tenis, al golf y montar a caballo son los sports más adecuados para una señorita. Ésta debe saber también elegir libros fantasiosos con muchos cromos bonitos de princesas y hadas, así como lindas muñecas de porcelana que duren toda la vida en su casita. No es propio de una damita irse al campo a cazar pajaritos ni saltamontes; ranas y renacuajos. Ni mucho menos bañarse desnuda en las charcas como los muchachos. Dicen mis padres que mejor estoy en casa, aplicándome a tener una letra bonita y clara, digna de la futura esposa de alguien importante.

Para saber más: FORTÚN, ELENA. Las aventuras de Celia.

(¢) Carlos Parejo Delgado

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