domingo, 15 de diciembre de 2013

El horror

Postrado como un perro
molido de cansancio,
me arrastro a contemplar
mi reflejo en las aguas
profundas del estanque.
Y al ver tanta amargura
deformándome el rostro,
me alejo, pavorido
y cobarde, envidiando
la suerte de Narciso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los más bellos se extasian en los espejos...