lunes, 5 de noviembre de 2012

Relatos verosímiles (55) (Carlos Parejo)


Don Cecilio es un ilustre perfumero pues ha hecho oler bien a tres generaciones de trianeros. El otro día, sentado junto al mostrador como jubilado venerable, me comentaba: “Cuando era joven, las mocitas del barrio se gastaban los parneses en oler como las rosas de pitiminí, los jazmines y las violetas imperiales. Ya cuando adulto, las nuevas clientas querían oler a “Chica Yeye, Rockera o Super Pop”, como la heroína de comic “Valentina”, o dar sensación de “Anarquía, Liberación, Poema o Revolución”. Ahora, todo es puro sexo. Desde Calvin Kleín a Loewe, todas las muchachitas quieren lograr un agua de colonia ,tal y como anuncian sus nombres, que provoque en el hombre: “Adicción como el Opio, instinto de Posesión, los penetre como rayo ultravioleta o les induzca a un viaje al Edén de su cuerpo”, cuando no, suscite en ellos ”Adoración, Euphoria, Hipnosis, Magnetismo, o un shock profundo“. Y que las haga sentirse “Delicia fresca, Diamante, Duende, Lolita o Luna”. Y de las aguas de olores para hombres, qué te voy a decir. Ya sólo los vejetes queremos seguir siendo “Varones Dandies”. Cuántos ejecutivos aterrizan por aquí buscando un olor que, al lado de la mujer, los haga sentirse, siquiera por unas horas, ”Diablos, Egoístas, Malos y Salvajes”.

© Carlos Parejo Delgado

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