miércoles, 6 de febrero de 2008

Como Lázaro olvidado


La verdad que se extiende entre nosotros,
Esa que yace nonata en las bocas,
En las manos que, huérfanas de piel,
De anoxia se estremecen,
Es el sepulcro que se alza en el aire
Como estandarte de la inexistencia.
Así, no cabe más que la mentira
Como espacio de vida
(Tengo el alma en los huesos,
Patético esqueleto
De un corazón sin sangre)
;
Miénteme, vida,
Miénteme,
Y haz que renazca en tu misericordia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No te quiero nadita

Anónimo dijo...

Adoro los cementerios y la foto esta genial, igual que tus versos tragicos.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

No quieras la mentira, auqnue te dé consuelo, siempre es vano...
Un abrazo (es más cálido)...bueno y un beso.