sábado, 16 de febrero de 2008

Caracola


Yo era un suspiro
De mar, suave
Sobre la arena rompiendo


Fueron embrujos de sol
Los rumores de mi espuma
Cabalgando sobre el viento


Yo fui murmullo
Dorado, maquillaje
De payaso, chistera
De ilusionista


Pero se quebró la sal
En la cresta de una ola
-Espejito, espejito
¿Puedes decirme quién es
La más bella dama del cielo?-


Yo he sido, yo fui
Hoy ya… Sólo el eco
De un silencio
Desterrado en las cenizas.


Septiembre de 2006


Ilustración: Soledad Fernández.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La sal no se quiebra Rafa, sigue ahí, intenta buscarla y sentirla de nuevo, te darás cuenta de que fuiste, eres y seguirás siendo. Las caracolas se las lleva el mar… pero tú eres un pedazo de ese mar que siempre está ahí.
Un beso con sabor a sal y aroma de mar.

Anónimo dijo...

Has depurado tu estilo desde entonces. El poema tiene el aroma de la suavidad que describes, casi inocente.

La canción es mágica. Me lleva a otras moradas de mí misma.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hermoso y dificil: suspiro, rumores, murmullo, silencio...la caracola en la mar, el sonido de la mar en el oido que nunca la abandona. Muy buena, te superas.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

No te quiebres Rafa, sigue siendo tú y no pienses tanto en lo que fuiste, preocupate mejor de lo que puedes ser. Besos.