lunes, 19 de agosto de 2019

Eppur si muove


Cada vez que un terraplanista alza la voz para defender sus delirantes teorías, una paloma con diarrea defeca encima de la estatua de Aristóteles en la  plaza Aristotelous de Tesalónica, y sendos dolores de muelas hacen que los espectros de Galileo y Copérnico aúllen durante toda la noche como perros en celo.

1 comentario:

Carlos dijo...

Mucha estatua pensante para tanto inepto vivito y coleando