lunes, 11 de enero de 2010

En esta luz dulciamarga



A veces la penumbra de un pasado
Ajeno se ilumina, y su relámpago
Remueve los cimientos que, precarios,
Sostienen en su ruina lo presente.

Y vuelven con la luz viejas preguntas

Que siempre junto al labio enmudecieron;
Preguntas, y otras nuevas, que callamos
Por miedo a que parezcan un reproche.

No obstante comprendemos la grandeza
De aquellos que estuvieron con nosotros
A riesgo aun de quemarse en su pretérito
Haciéndonos de escudo en el silencio.

Y es duro sospechar que ya en la vida
Jamás probablemente encontraremos
Por mucho y más empeño que pongamos
El modo de poder agradecerlo.

3 comentarios:

Dolo dijo...

Haciéndonos de escudo en el silencio....qué poeta eres!! ¿Te he dicho alguna vez que tienes un estilo muy propio..?
Besos de nuevo!

Trini Reina dijo...

Porque dejamos pasar los días, pensando que ya habrá tiempo y, heridos nos damos cuenta, que el tiempo jugó contra nosotros.

Saludos

Alma dijo...

Hay que tener cuidado con esas puertas que se creían cerradas pero el pasado no quiso o no pudo cerrar. Una corriente de aire que entra es capaz de destruir lo que parece edificado pero que en realidad nunca se edificó. A veces callamos simplemente para hacer creer a los demás que todo pasó, ese es nuestro escudo.

Besos