sábado, 23 de enero de 2010

Civilización


En la noche,
Tras ese instante leve
De estrellas secas alumbrando el sueño,
La sal se pega, adusta, a la retina,
Fundida al vaho que opaca los cristales.

Se apagan los latidos de la calle
Y, en la altura, el abismo, inmenso y frío,
Se tiñe de un naranja espeso y falso,
En tanto ni los perros ya se arriesgan
A hostigar los bozales del silencio.

El alma se sospecha abandonada;

Cansada de fingir su vasta duda,
Profiere la pregunta más temida,
En medio de una angosta mar sin ecos:

¿Esto era todo, el gran milagro, el verbo?

Las ruinas de Babel, cual soga, aguardan,
Armadas de una elipsis desmedida,
A asir entre sus garras la garganta
De un cántico que apenas fue un ensueño.

3 comentarios:

Dolo dijo...

Bonito poema, con un halo de tristeza que emana de sus letras...

Dolo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Milena dijo...

Por mucho estado de "civilización" del que hagamos gala, "El alma se sospecha abandonada" , aterida de frío humano...esperemos que esto no sea todo y hagamos un hueco siempre a la esperanza.

Besos, Poeta !