domingo, 1 de julio de 2007

En el latido de la alimaña

Tibios
-------- aquelarres,
Presagios sin nombre.
Cánticos
------------ sin voz,
Devastados salmos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuánta tristeza en esta mañana de domingo, :)

Anónimo dijo...

A veces no se aprovechan oportunidades
como fuentes de apoyo y son ciclos que pasan
transgiversando horizontes y cuando tomas
la conciencia desde las manos, te das cuenta
que toda la vida buscaste y rozaste sin ver
que el universo estuvo junto a ti, provocando
estallidos y que sus paisajes eran las formas
de un corazón que sin control y toda la pasión
del mundo, tenia que mirar por un prismático
y convertir la mirilla en el revés de un despertar;

si creo que es un domingo contagioso

un abrazo

Anónimo dijo...

Pues sí, leuma, las ha habido mejores.

Es cierto, arista, a veces no sabemos ver nuestra oportunidad entre la niebla y, sin saberlo, la dejamos pasar. Y se pierde el universo. Entre la opacidad de esa niebla, tal vez sólo hubiese bastado un susurro para que nos hubiésemos percatado de su presencia, para hacernos despertar del letargo, para ver refulgir las estrellas... ¡Dejadme oír un susurro, y moveré el mundo! Pero de tanto silencio, llega un momento en que se atrofia el tímpano y ya, no sabemos escuchar.

Gloomy Sunday.

Abrazos.