CUANDO acabó de abrir el pecho agonizante de Francisco de Aguirre y Cortés de las Casas sobre la gran piedra negra de los sacrificios, comprendió horrorizado que deberían transcurrir muchas lunas para que aquellas tierras de la intrincada selva centroamericana volviesen a gozar del favor de los dioses; aquel conquistador inmisericorde y sanguinario carecía de corazón.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
4 comentarios:
Rafa, ¿viste "También la lluvia" ?
me encantó; hoy tu "Chamán" me la ha recordado
Besitos cielo !
Suele suceder Rafa, creo que es "mal de muchos", sólo que no podemos darnos el lujo de abrirles el pecho.
Besos
(Aunque a veces dudo de mí misma, hay días en que no sé si aún lo llevo conmigo)
Espero que estés mejor, un abrazo.
(No sé porqué no digo todo junto)
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