lunes, 24 de marzo de 2008

Cuando la ciudad se duerme


Cuando la ciudad se duerme,
Atrapado en la vigilia,
Te rebusco entre mis sueños.

Transito, en mi desconsuelo,
Por la luz anaranjada
Que, velada por la bruma,
Va quebrándome en los ojos
Sombras de humedad y miedo.

Pregunto por ti en los parques
Al letargo de las risas
De niños desconocidos
Que se ocultan de mi noche
Tras murallas de silencio.

Vago en las calles desiertas
Tratando de ser la huella
Que habrán forjado tus pasos,
Mas tu camino se pierde
Confundido en mis deseos.

Me acurruco en las esquinas,
Asolado de impotencia,
Cuando el semáforo en rojo
Me atraviesa de cenizas
Bañadas de desaliento.

Me paro frente a tu casa,
Inerme bajo la lluvia,
Esperando que la luz
De una lánguida esperanza
Ilumine mis recuerdos.

Y elevo hasta tu ventana
Mi espíritu que agoniza,
Y lo sostengo al aroma
De la magnolia olvidada
Que se marchitó en tus dedos.

Cuando la ciudad se duerme,
Astillándose en mi pecho,
Trato de velar tus sueños,
Anhelando que un instante,
Permitas que habite en ellos

Cuando la ciudad se duerme
Me busco en mis pasos yermos,
Desterrado de tus sueños.

Septiembre de 2006

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando el desamor protagoniza nuestros sentimientos es imposible dejarle espacio al razonamiento y nos hacemos vulnerables, tenemos tanto miedo y tanto desasosiego que lo único que hacemos es deambular por los mismos lugares y los mismos recuerdos.
¡malditos sentimientos!

Un beso