Se hallaba aquel rebaño consumido
tras un vasto periodo de sequía;
famélico y sediento carecía
de hierba y agua frescas. Bienvenido,
por tanto, fue aquel líder que, infundido
de una caudal firmeza, prometía
que, a quienes lo siguieran, llevaría
a un fértil prado de agua recorrido.
Y tras de esa promesa fue el rebaño
con ciega fe y el gesto placentero,
ajeno a la medida del engaño
de aquel lobo ataviado de cordero
que, con malévolo y falaz apaño,
sumiso lo condujo al matadero.
(No digo más. Espero
después de haber dejado esto en bandeja
que saquen una buena moraleja)
tras un vasto periodo de sequía;
famélico y sediento carecía
de hierba y agua frescas. Bienvenido,
por tanto, fue aquel líder que, infundido
de una caudal firmeza, prometía
que, a quienes lo siguieran, llevaría
a un fértil prado de agua recorrido.
Y tras de esa promesa fue el rebaño
con ciega fe y el gesto placentero,
ajeno a la medida del engaño
de aquel lobo ataviado de cordero
que, con malévolo y falaz apaño,
sumiso lo condujo al matadero.
(No digo más. Espero
después de haber dejado esto en bandeja
que saquen una buena moraleja)
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