La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
lunes, 4 de octubre de 2010
A veces el exilio
Cuentas que me marché, dices a todos
Que no tuve valor para, a tu lado,
Quedarme, abandonando el abnegado
Deber con que me ataba a unos periodos
Que ya eran fría ceniza en los recodos
De un camino sin vuelta; que el pasado
Pudo más que el futuro y que, aterrado,
Fui un desertor. Da igual; de todos modos,
Tengas o no razón, es la distancia
El triste resultado de aquel yerro.
Cuentas que me marché, mas nunca has mencio-
nado distinta opción. Yo doy constancia:
A veces el exilio es un destierro
Velado tras los muros del silencio.
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9 comentarios:
Gran soneto y tremendo final para una realidad frustante...un fuerte abarzo.
Pedazo de soneto!! y cuánta razón en los últimos versos.
Besoss
Yo no diría que a veces, siempre el exilio es un destierro, y duele más allá del silencio.
Un beso, Rafa.
Ese terceto final me dejó ko.Gracias por escribirlo, gracias por dejarlo aquí.gracias.
A veces el exilio es la única salvación.
Muero y renazco entre tus versos.
Te abrazo cielito.
M.
Callar las razones, las otras razones...
A veces es mejor el silencio.
Besos, mi poeta
¡Manda huevos! que tenga que conocer tu exilio a través del blog de Carmela -Andando caminos-
Dicho lo cual... prosigo
¡qué guapo te quedó! ese destierro exilio.
Un abrazo y buen día
desde aquí arriba: PAQUITA
El exilio siempre duele y punza.Quien se queda no puede sentir esa punzada.Siente otras.Un abrazo
Fulminante final.
La libertad y la palabra jamás en el destierro.
Un beso Rafa
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